El Collar de Yemaya contiene la energía femenina de la diosa de los mares. Yemaya conecta bien con las peticiones de mujeres que tienen dentro de sí anhelos profundos no consumados.

Ser hija de Yemaya solo puede trae bendiciones a tu vida y la protección de una gran mujer.

 

Elementos que componen el Collar Yemaya

• El collar Yemaya está distribuido en 7 cuentas de color blanco y 7 cuentas de color azul. Lo cual habla de su pureza y el color azul que simboliza que cada uno de sus rituales deben consagrarse preferiblemente en el mar.
• Como todos los collares, el collar de yemaya queda holgado para que pueda quitarse e imponerse siempre por encima de la cabeza.

 

¿Cuándo es importarte bautizarse con el Collar Yemaya?

Es importante mencionar que el bautismo es una decisión que va más allá de modismos o decisiones “temporales”. Por ello es necesario tomarse el tiempo prudente. También, que son los santos quienes te eligen como hijo.

De igual forma te mencionamos cualidades que describen que posiblemente puedes ser hija/o de Yemaya:

• Cuando aparece como protagonista en tus obras. Si te consultas continuamente con los santos y ella es la que decide tomar el protagonismo de tus obras, es buen momento para bautizarte como hija de Yemaya.
• Cuando has elaborado cartas de petición. Esta es una de las obras más frecuentes de Yemaya. Elaborar una carta de peticiones que arrojarás en una balsa al mar.
• Cuando asistes a ceremonias de celebración. En las ceremonias fácilmente se observa como los santos bajan para dar mensajes.
• Cuando la mayoría de tus obras indican hacerlas al mar. Si tu salvación se encuentra en el mar sin duda es un indicativo de bautismo con Yemaya.

 

Recomendaciones finales del collar de los mares

• Mantén siempre tus collares en un lugar a salvo de las malas energías. Además de esto arroparlos en una manta blanca donde puedan guardarse estirados.
• Si alguno de tus collares se rompe acude a donde tu padrino para consagrar o crear uno nuevo.
• Lo recomendado es no mantener relaciones sexuales ni bañarse con los collares puestos.